Me sorprende la gente que se aisla de todo lo que le rodea, de sí misma, cuando en realidad todo lo que "tocamos" de nuestro alrededor forma parte de nosotros; mejor, ya es nuestro.
Me sorprende que las personas dejen vagar su mirada sin reparar en lo que se mueve, en lo que se oye, en lo que se ve. Como si estuvieran de vuelta de todo, como si todo les pareciera nada, como si ni siquiera les rozara.
Y no se dan cuenta de que parte de ellos pasa también a los demás, a través del imán de las miradas de los otros, a través de la energía que fluye en el aire.
Parece que te miran y no te ven.Actúan mecánicamente. Se dejan llevar.
No quiero perderme lo que se mueve, lo que está vivo. Me alimenta.
Me sorprende que las personas dejen vagar su mirada sin reparar en lo que se mueve, en lo que se oye, en lo que se ve. Como si estuvieran de vuelta de todo, como si todo les pareciera nada, como si ni siquiera les rozara.
Y no se dan cuenta de que parte de ellos pasa también a los demás, a través del imán de las miradas de los otros, a través de la energía que fluye en el aire.
Parece que te miran y no te ven.Actúan mecánicamente. Se dejan llevar.
No quiero perderme lo que se mueve, lo que está vivo. Me alimenta.
Por estas escaleras subiremos y bajaremos siempre. Dentro está nuestro aliento. Volveremos.
